Domingo 33º de Tiempo Ordinario (Propio 28). Año A.
Estos pasajes nos desafían a ser agentes de la justicia de Dios, incluso mientras la injusticia busca esclavizarnos.
o Sofonías 1:7,12-18 y Salmo 90:1-8 (9-11) ,12 (no incluidos en los comentarios de esta semana);
Los pasajes bíblicos para esta semana tienen una "lectura tradicional" que siguen los comentaristas. La historia de Débora, en Jueces 4:1-7, se presenta cono la historia de una mujer líder en el antiguo Israel. El Salmo 123 comienza como un lamento individual y acaba como un lamento colectivo con afirmaciones de seguridad de que Dios libera a quienes están angustiados. Este salmo también usa una imaginería femenina para la relación humano-divina, como una "sierva mirando a la mano de su ama" (verso 2b). La lectura de la epístola anima al pueblo de Tesalónica a estar vigilante de la salvación de Dios en Jesús, y a animarse y apoyarse mutuamente. Mateo 25:14-30 se conoce como la parábola de los talentos, en la que a tres esclavos se les dan tres, cinco, dos y un talento respectivamente. Los esclavos con cinco y dos talentos los doblan, mientras que el esclavo con un solo talento lo entierra y lo devuelve al amo. El esclavo con un solo talento es arrojado fuera, a la vez que se le llama holgazán, mientras que los otros dos son recompensados con una invitación al banquete. El mensaje general de estas cuatro lecturas es usar lo que uno tiene en vez de estar sobrecogido por el temor. Se nos llama a seguir la voluntad de Dios como liberador, incluso si uno no pertenece al grupo valorado por la sociedad.
¿Quiénes son los líderes, las "déboras", en tu comunidad? ¿Cómo podríais tú y otros responder a su llamada cuando tratan de ofrecer consejo para atender los intereses de la comunidad e invitan a la justicia?
Se podrían ver estos pasajes y afirmar que Dios es un Dios de salvación y esperanza en momentos de angustia y confusión, que encomienda a "déboras" que se levanten para salvar a sus naciones. Esto se podría ver como un mensaje a las personas LGBT y a otras personas oprimidas. Igual que Débora, una mujer en una sociedad patriarcal, fue enviada por Dios a salvar a su pueblo, así podemos ser llamados al liderazgo incluso cuando somos de un grupo marginado por la sociedad dominante.
Se podría también afirmar que, igual que los seguidores del Camino en 1 Tesalonicenses 5:1-11 -que eran oprimidos y no pertenecientes a las clases dirigentes- debían asirse a la fe de que Dios está con ellos, las personas LGBT deben aguardar y se mantenerse "en la luz" (verso 5). De forma similar, las personas LGBT y otros grupos oprimidos -a quienes el sistema no da su justa parte o defrauda, dándoles "solo un talento"- no deberían enterrar sus dones, sino sacar el mayor partido de su situación y ayudar a construir el Reino de Dios.
¿Cómo te has sentido en las situaciones en las que se te ha pedido ayudar a construir una organización o liderar una empresa que no era favorable a las personas LGBT, pero que podría aportar beneficios a tu comunidad? ¿Qué has aprendido se esa situación?
Hay un giro irónico para muchos en estos textos, especialmente por cuanto están protagonizados por personas que viven situaciones de extrema opresión. Primero, uno podría darse cuenta de que en el libro de Jueces, los hombres en puestos de liderazgo son todos imperfectos. Intencionalmente, la lectura de Jueces para hoy termina en el verso 7, con Débora transmitiendo el mensaje de Dios a Barac. El pasaje del leccionario omite su respuesta: que él solo irá a la guerra, si ella lo acompaña. Sin embargo, al incluir este pasaje somos testigos de una inversión de papeles. Al desarrollarse la historia Débora y Yael resultan "mejores hombres que los hombres" en el relato, aventajando a los hombres en sus propios trabajos.
De forma similar, en la parábola de los talentos, se puede ver cómo el Reino de Dios no puede funcionar sin el trabajo de los esclavos y su recaudación de fondos para que tenga éxito. Uno se pregunta si las personas LGBT y otras personas oprimidas son acogidas en congregaciones que están muriendo para proporcionarles sus recursos en orden a la mejora de la iglesia, incluso aunque sean todavía etiquetados negativamente en sermones homófobos. Otra manera de mirar estos textos, sin embargo, podría ser ver a Dios como ayudándonos a construir el Reino de Dios y alentándonos a no dejarnos paralizar por el temor.
Un aspecto problemático del Salmo 123 y de la parábola de Mateo, es la descripción de Dios como un amo de esclavos que o bien los oprime, o bien saca provecho de su trabajo. Aunque sabemos que la esclavitud era parte integrante de las sociedades del antiguo Israel y de la primera iglesia, uno tiene que preguntarse si la adopción de esta imaginería es de ayuda hoy en día.
Sin embargo, expertos en Nuevo Testamento plantean la posibilidad de una lectura liberadora del pasaje, al decirnos que, en su contexto original, las parábolas fueron usadas por Jesús como una crítica al orden social establecido. Esto abre la posibilidad de ver al esclavo con un talento como el que resiste la opresión del sistema y rechaza cooperar en la dura tarea encomendada por el amo. De igual modo, la ausencia de una "parábola de la revuelta del esclavo" en los evangelios, sugiere que una lectura de estas imágenes en clave de resistencia, podría ser la mejor estrategia para las personas LGBT y para otros grupos oprimidos.
Oración inclusiva
Dios de justicia,
gracias por acercarte a nosotros superando líderes y sistemas injustos,
para recordarnos que la justicia es aún una posibilidad en nuestras vidas.
Llévanos, a quienes seguimos tu guía,
a construir comunidades de paz, igualdad y justicia para todos.
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