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lunes, 30 de enero de 2012

Extracto de carta del obispo retirado y teólogo John Shelby Spong a Rowan Williams, actual arzobispo de Canterbury.


Extracto de carta del obispo retirado y teólogo John Shelby Spong a Rowan Williams, actual arzobispo de Canterbury (creo que la carta es de 2007, pero merece la pena recuperarla) que nos ha enviado el Área de Asuntos Religiosos de la FELGTB:
…No es una elección o un pecado; así como ser zurdo, hombre o mujer, o negro o incluso transgénero no es elección ni pecado. Todos nosotros simplemente despertamos ante estos aspectos de nuestra identidad. Tal verdad es tan elemental y está tan bien documentada que solamente ojos l…lenos de prejuicio pueden no reconocerlo. Nadie en los círculos intelectuales hoy sigue dando a ese punto de vista credibilidad alguna(refiriéndose a que a las personas LGTB se les tenga que restar inclusividad e igualdad por razón alguna).
Luego declinas invitar a Gene Robinson (obispo abiertamente homosexual, con pareja) a la Conferencia de Lambeth en 2008. Todos los obispos homosexuales armarizados son invitados. El honesto no es invitado. ¿Puedo nombrar los obispos gays que han servido, durante mi carrera en activo, en la Iglesia Episcopal y en la Iglesia de Inglaterra? Creo que tu también. ¿Estás sugiriendo que el no ser honesto es una virtud?
Luego citas la biblia como táctica para apoyar tu posición… La Biblia fue usada para justificarla divinidad de los reyes en 1215, para oponerse a Galileo en el siglo XVII, para oponerse a Darwin en el siglo XIX, para apoyar la esclavitud y apartheid en los siglos XIX y XX, para evitar que las mujeres fueran educadas, para que votasen y fueran elegidas en los siglos XX y XXI. Hoy se continúa citando para seguir oprimiendo y rechazando a las personas gays. La Biblia ha perdido cada una de esas batallas. Perderá la presente batalla, y tu, amigo, estarás de la parte errónea de la historia, la parte errónea de la moral y la parte errónea de la verdad
La carta íntegra:
Ver más

Área de Asuntos Religiosos – FELGTB

Este artículo fue tomado de: cristianosgays.com

sábado, 28 de enero de 2012

Los pastores de la diversidad: Las iglesias que sí aprueban los matrimonios homosexuales.


Tomado de cristianosgays.com
"En emeequis, periodismo indeleble con  Fotografías de  Christian Palma.
El discurso se endurece. La Iglesia católica ha recurrido a la alarma. Dicen que Dios está enojado por el matrimonio entre personas del mismo sexo y la posibilidad que, dentro de esas uniones, crezcan niños. El mensaje eclesial es uno, aunque bajo distintas formas: es“contra natura”. El cardenal Norberto Rivera es cabeza de esas voces. Y a su llamado convergen el Frente Ecuménico de México, integrante de unas 10 mil denominaciones cristo-céntricas en el país, entre éstas las iglesias ortodoxa, luterana, anglicana, diversas expresiones evangélicas y la católica. Pero no son las únicas voces religiosas. Hay iglesias y pastores de otras denominaciones que tienen su propia versión sobre este tema. Que han encontrado en La Biblia y en otros textos las bases para no censurar las uniones entre homosexuales. Son los pastores de la diversidad.
Jorge Sosa y Rodolfo Albarrán iniciaron su vida religiosa al amparo de la Iglesia católica. Pero luego se alejaron de ésta. Sus convicciones los llevaron a buscar a Dios por otros caminos. El 27 de enero de 1997 ambos dejaron atrás su vocación
católica inicial. Ese día terminaron su formación en el Colegio Samaritano de la Fraternidad Universal de Iglesias de la Comunidad Metropolitana y, con ello, recibieron los ministerios religiosos que por años ejercieron.
Ese mismo año se dieron el “Sí”. Tomados de la mano escucharon las palabras con que rubricaban su enlace: “El amor les ha unido y han quedado unidos hasta que la muerte del amor les separe”. Desde entonces, y al menos para propósitos religiosos, se convirtieron en marido y marido.
Albarrán es filósofo de formación y hoy es el pastor de la Iglesia de la Reconciliación, en la colonia Obrero Popular, en Azcapotzalco. No es difícil distinguir el edificio que alberga su templo: bajo el sencillo campanario, un arcoiris atraviesa
la mitad de la fachada pintada de blanco.
Al comenzar la plática, el hombre se muestra dolido ante el tono de las declaraciones de la jerarquía católica en torno al debate sobre los matrimonios gays y su derecho a la adopción.“Promueven el odio ante lo que es un acto de justicia”, dice. “Respecto de la adopción, la Ciudad de México adquiere desde el punto de vista jurídico y de derechos humanos, un avance de nivel internacional. Si no están de acuerdo algunas iglesias, éstas deberían respetar la decisión de las personas. Muchas parejas de hombres y de mujeres han formado niños completamente integrados a la sociedad y eso ha existido desde siempre”.
Albarrán cita el libro Las bodas de la semejanza, publicado en 1994 por John Boswell, reconocido historiador de la Universidad de Yale, dedicado a temas de religión y diversidad sexual. El especialista tradujo directamente del griego antiguo al inglés y publicó manuales litúrgicos en los que se bendecían a parejas de hombres o mujeres en la Europa premoderna.
Boswell citó las uniones de Sergio y Baco y de Felícitas y Perpetua entre los siglos III y V, durante la última etapa del Imperio Romano. Los cuatro murieron como mártires, perseguidos por sus ideas religiosas. Y los cuatro fueron santificados.
“En el siglo XII aún se celebraban las uniones de personas del mismo sexo. Ahí están los documentos”, sostiene Albarrán. “Después el cristianismo, el desarrollo social y legal moldearon como única condición la heterosexualidad”.
Decir que aceptan a los homosexuales, pero no las prácticas homosexuales es una contradicción. Las parejas pueden decidir compartir sus vidas. Si se agrede a la gente con que Dios te abomina, con que San Pablo dice, sin ver el contexto
en que está escrito, se lastima a la gente”
.
Desde 1981, cuando se fundó la Iglesia de la Reconciliación, han ocurrido bajo su ley 340 uniones entre personas del mismo sexo. Al final se les dice a todos, como se hiciera a los cristianos primitivos ocultos en catacumbas romanas: “El amor les ha unido y han quedado unidos hasta que la muerte del amor les separe”.
No fue el caso de Jorge Sosa y Rodolfo Albarrán. Fueron separados por la muerte en noviembre de 2009, tras una pulmonía fulminante que atacó a Jorge. “Ha sido duro, terriblemente duro”, dice Albarrán, mientras mira la cajita de cenizas de su esposo, colocada bajo su estola sacramental estampada con la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Francisco Javier Lagunes es padre. Es capellán laico de la Iglesia Unitaria. En los últimos tres años ha asistido a seis uniones religiosas: dos entre heterosexuales, dos entre hombres y dos entre mujeres.
–¿Por qué que la Iglesia protestante se unió a la jerarquía católica en el rechazo a las parejas homosexuales?
–No hay comparación entre Martín Lutero y sus seguidores. Cien años después de su muerte, inició la versión fundamentalista de confundir el mensaje divino con el texto de la Biblia. Los protestantes hicieron una teología inexistente
en la Biblia y la asentaron en la idea fundamentalista.
–¿Existe alguna parte del Evangelio o el Nuevo Testamento que condene el homosexualismo?
–El concepto sobre la homosexualidad fue acuñado en 1869 por la psiquiatría. Es un concepto con poco más de un siglo e inexistente en el Nuevo Testamento. Todo el debate bíblico se reduce a dos palabras y su complicado significado: arsenokoites y malakoi. No importa qué quiso decir el griego de la época, sino que la comunidad cristiana posterior le asignó ciertos significados ajenos al original. Las palabras refieren a los que se acuestan con hombres y a los afeminados. Pero quien traduzca de esta manera no lee la Biblia, sino que aplica su ideología.
La Iglesia Unitaria está del lado del amor y por eso celebramos con gusto las uniones de personas del mismo sexo, porque donde está el amor, está lo más sagrado.
Las parejas gays ya tienen hijos, tanto por sus relaciones heterosexuales anteriores, como por adopción o concepción individual. Estos niños ya viven en el contexto de este tipo de parejas. Pero como no hay reconocimiento legal a esta realidad, estos niños viven en una situación de discriminación, porque tienen la mitad de posibilidades de acceder a la seguridad social que tienen los hijos de las parejas heterosexuales.
✱✱✱
En el judaísmo también hay voces discrepantes sobre el tema. No tiene posición única respecto a la unión entre personas del mismo sexo. En México existen dos de las cuatro grandes comunidades de la tradición hebrea con respecto a la interpretación de La Torá y sus libros sagrados: la ortodoxia y el conservadurismo. En otros países existen los movimientos reformista y reconstruccionista.
El judaísmo es hoy de las religiones más abiertas a estos temas en forma global”, explica Luis Perelman, sexólogo y miembro de la comunidad judía en México. En el judaísmo ortodoxo, la homosexualidad está condenada. Los rabinos de esta rama, como los sacerdotes católicos, rechazan el acto, pero admiten a los homosexuales en sus templos.
Pero, a diferencia de la Iglesia católica, la corriente fundamentalista ha distendido el tema desde el año 2000 y, especialmente, durante los últimos meses.
El gran hito se produjo en diciembre de 2009, cuando la Universidad Yeshiva, en Nueva York, uno de los más importantes centros de estudios de la ortodoxia, organizó un encuentro para escuchar testimonios de judíos gays. La afluencia rebasó la capacidad del foro.
El conservadurismo judío ha conjugado la tradición con la vida moderna. En América Latina no admite la unión de dos personas del mismo sexo, pero esa misma corriente en Estados Unidos y Europa, hace dos años, abrió la posibilidad de que se reconozca la unión y la existencia de rabinos gays y lesbianas con la emisión de una responsa con cinco respuestas.
Cada comunidad es libre de aplicar la que convenga. El criterio no es una imposición vertical, como en el catolicismo.
Un rabino conservador mexicano, Felipe Goodman, que oficia en Las Vegas, es de los mayores defensores de la diversidad sexual.
En México, hace cuatro años, una pareja de mujeres trajo un rabí de Estados Unidos y se esposó en ceremonia religiosa. Perelman habla de un amigo que fue a Estados Unidos y se casó en el movimiento reconstruccionista con otro hombre y acaba de tener un hijo por medio de subrogación de útero.
“A los ortodoxos no les gusta el tema, pero al interior de la comunidad no van a hacer nada. La comunidad conservadora
sabe que ya viene el asunto, pero dejará que las cosas se acomoden por sí solas”
.
El reformismo reconoce desde 1973 la diversidad sexual y cuenta con un departamento específico, que incluso trata el tema transgénero. En sus centros de estudio tienen estudiantes transexuales en formación como rabinos y clérigos.
En los años 60 se integró el Congreso Mundial de Judíos Gays y Lesbianas. Practicantes de la diversidad sexual conformaron sinagogas para tener un espacio donde celebrar la doble condición de homosexual y judío. Tuvieron tal éxito en el cambio de actitud de sus comunidades de origen que hoy regresan a éstas y los grupos de la diversidad pierden miembros.
En Estados Unidos, Canadá y Europa, la diversidad es un asunto normal que deja de ser tema de discusión. No hay conflicto”, dice Perelman.
El judaísmo y la homosexualidad también tienen historia. Perelman apunta que José El Soñador, el personaje del Génesis, era homosexual. Jonathan estuvo profundamente enamorado del rey David. Y, según Perelman, fue correspondido. Cuando
Jonathan murió en batalla, David le hizo la elegía de que su amor fue mayor que el de las mujeres.
En tiempos recientes, Steve Greenberg se pronunció como el primer rabino ortodoxo abiertamente homosexual. Ha apoyado de manera decidida el filme Temblando ante Dios, documental dirigido por el neoyorquino Sandi Dubowski, quien retrata el miedo, la represión y la confrontación que han de vivir los jóvenes homosexuales nacidos en la ortodoxia.
El Estado de Israel no realiza uniones entre homosexuales, pero sí reconoce matrimonios celebrados en otros países, incluidos los realizados entre personas del mismo sexo. Si una pareja de hombres o de mujeres se casa en España, por ejemplo, Israel lo admite”.
–Buena parte del debate es sobre la adopción, ¿cuál es la posición del judaísmo?
–Somos 13 millones de judíos en el mundo. Existe la preocupación por mantener la continuidad de la historia del pueblo judío. Pero el judaísmo no sale a convertir gente. En Estados Unidos, la mayoría de los Servicios Familiares Judíos –centros
de apoyos desde la comunidad– ya no tiene problemas con las parejas del mismo sexo. Y los niños criados por ellas se aceptan y se incorporan completamente a las comunidades.
En México, mis amistades homosexuales han dejado de lado el activismo social para pasar una tarde en el cine con sus hijos y atender sus tareas escolares. Son excelentes padres.
–Se dice que serán niños estigmatizados.
–Muchos judíos son las personas más progresistas del mundo. Porque, en el mundo, quienes sabemos de estigma, y lo sabemos desde hace miles de años, somos los judíos.
Miguel Carbonell, constitucionalista
“La Corte no detendrá la reforma”
A menos de un día de que venciera el plazo legal para presentar una controversia constitucional por la aprobación de las bodas entre persona del mismo sexo y su derecho a adoptar en la Ciudad de México, la Procuraduría General de la República (PGR) presentó ante la Suprema Corte de Justicia sus argumentos para frenar ambos hechos.
Para Miguel Carbonell, especialista del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la controversia presentada por la PGR no tiene sustento y la Suprema Corte no detendrá la reforma.
El abogado constitucionalista explica que la PGR fundamentó su acción de inconstitucionalidad en dos argumentos. El primero, su interpretación del artículo cuarto de la Constitución, en el que se dice que se protegen la organización y el desarrollo de la familia, pero orientado a los derechos de los heterosexuales.
Esto no lo dice la Constitución, es una lectura moral y religiosa. El articulo cuarto no especifica a qué tipo de familias se van a proteger; y en el artículo primero, párrafo tercero, se dice que queda prohibida toda discriminación”.
El segundo argumento es que la adopción por parte de familias homoparentales viola el llamado interés superior del niño, protegido tanto por la Constitución como por los tratados internacionales, particularmente la Convención de las Naciones Unidas sobre derechos del niño de 1989. “Ni la Constitución ni la Convención señalan que los niños deben ser adoptados por padres heterosexuales”.
–¿Qué sigue en el proceso?
–El ministro presidente debe designar a un ministro que elabore el proyecto. Sin embargo, la aplicación de la ley no se suspende y el día 4 de marzo empezarán a celebrarse bodas gay en el DF con absoluta y plena validez. También las parejas que lo deseen podrán iniciar los trámites de adopción.
Para declarar la inconstitucionalidad de una ley se requiere la votación de ocho de los 11 ministros que integran el pleno.
–¿Con la nueva composición de la Suprema Corte qué se puede esperar?
–Será la primera prueba de fuego para el ministro Arturo Zaldívar y para Luis María Aguilar. Espero que hagan una lectura no desde la religión, sino una interpretación estrictamente jurídica con apoyo en los derechos fundamentales que tienen todos los mexicanos."

lunes, 23 de enero de 2012

¿MATRIMONIO HOMOSEXUAL AMENAZA EL FUTURO DE LA HUMANIDAD?


(Tomado totalmente de www.cristianosgays.com)
Por su interés, reproducimos la columna que Jean Wyllys, primer diputado abiertamente gay de Brasil, ha publicado tras las recientes declaraciones de Joseph Ratzinger en las que este condenaba una vez más contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, que considera una amenaza para el porvenir de la humanidad. La traducción al castellano es de Bruno Bimbi, activista LGTB argentino:
El papa Benedicto XVI dijo que el matrimonio homosexual “amenaza el futuro de la humanidad”.
Yo pensaba que lo que lo amenazaba eran las guerras (muchas de ellas, étnicas o religiosas), el hambre, la miseria económica, la desigualdad y las injusticias sociales, la violencia, el tráfico de drogas y de armas, la corrupción, el crimen organizado, las dictaduras de todo tipo, la supresión de las libertades en diferentes países, los genocidios, la polución ambiental, la destrucción de las florestas, las epidemias… Pero el papa, aun siendo consciente de todos esos males y de que su institución —la Iglesia católica apostólica romana— contribuyó con muchos de ellos a lo largo de la historia occidental, dijo que la humanidad está amenazada por el hecho de que dos hombres o dos mujeres se amen y, por eso, decidan construir un proyecto de vida en común y obtener el reconocimiento legal de esa unión para gozar de derechos ya garantizados a los heterosexuales.
El amor y la felicidad como amenazas contra la humanidad: fue lo que dijo Benedicto XVI.
¡¿El amor, una amenaza?!
De todos los desatinos del papa, este fue el que más me chocó. Tal vez porque su afirmación extravagante y anacrónica viola directamente mi dignidad humana como homosexual visible y orgulloso de mi orientación sexual y de mi formación científica (sí, porque la afirmación de Benedicto XVI parte de la creencia absurda de que el matrimonio civil igualitario va a transformar a todos los hombres y mujeres en homosexuales y va a impedir que todas las mujeres de la tierra recurran a las técnicas de reproducción artificial).
El amor, como la fe, es inexplicable: se siente o no. No hay diccionario que pueda definirlo; sólo el poeta puede decir algo —”fuego que arde sin verse, herida que duele y no se siente”—, pero para entenderlo, es preciso sentir todo lo que el papa, los cardenales, los obispos, los curas, por las reglas del trabajo que eligieron desde jóvenes, tienen prohibido sentir, ya sea por otro hombre o por una mujer.
Tal vez por eso no entienden.
Pero el amor nunca puede ser una amenaza para la humanidad; antes, sí, una salvación para sus peores males, un antídoto contra los venenos que la intoxican, una vacuna contra las enfermedades que la afligen. El papa está equivocado de cabo a rabo. No entendió nada de nada.
Sin embargo, aunque no haya entendido, debería tener un poco de responsabilidad. Sus palabras tienen poder, influencia, entran en la cabeza y en el corazón de millones de personas en el mundo entero. Podría usarlas para hacer el bien. En vez de dedicar tanto tiempo y esfuerzo en injuriarnos a los homosexuales —confieso que no consigo entender el porqué de esa obsesión que tiene con nosotros—, el papa podría colocarse en la lucha contra los verdaderos males que amenazan, sí, a la humanidad. Esos que matan millones, que arruinan vidas, que condenan a pueblos enteros.
Benedicto XVI no puede continuar difundiendo el odio y el prejuicio contra los gays. No puede decir que nosotros, sólo por amar, sólo por reclamar que nuestro amor sea respetado y reconocido, somos “una amenaza”. Por otra parte, porque ese tipo de frases tiene una historia. “¡Los judíos son nuestra desgracia!” (“Die Juden sind unser Unglück!”), dijo el historiador Heinrich von Treitschke, y esa desgraciada expresión, publicada en la revista alemana Der Sturmer y luego usada como lema por los nazis, terminó en lo que terminó. Los homosexuales también lo sabemos: nuestro destino en la Alemania nazi, donde Benedicto XVI pasó su juventud, era el mismo de los judíos, sólo que en vez de la estrella de David, lo que nos identificaba en los campos de concentración era el triángulo rosa.
La tragedia del nazismo debería haber servido para aprender que el otro, el diferente, no es una amenaza, ni una desgracia, ni el enemigo. Y nosotros, los homosexuales, no amenazamos a nadie. Nuestro amor es tan bello y saludable como el de cualquiera. Y merecemos el mismo respeto y los mismos derechos que cualquiera.
De la misma manera que sucede ahora con el “matrimonio gay”, el matrimonio entre blancos y negros —llamado, en la época, “matrimonio interracial”— ya fue considerado “antinatural y contrario a la ley de Dios” y una amenaza contra la civilización.
En una sentencia de 1966, un tribunal de Virginia que convalidó su prohibición usó estas palabras:“Dios Todopoderoso creó a la razas blanca, negra, amarilla, malaya y roja y las colocó en continentes separados. El hecho de que Él las haya separado demuestra que Él no tenía la intención de que las razas se mezclaran”.
El matrimonio entre alemanes “de raza aria” y judíos también fue prohibido por Hitler. Hasta los evangélicos tuvieron el derecho al matrimonio negado en muchos países durante mucho tiempo, porque eran, también, una amenaza para la Iglesia católica. Parece que algunos pastores no se acuerdan, pero fue así.
En Argentina, que en 2010 aprobó el matrimonio igualitario, la primera gran reforma al Código Civil, en el siglo XIX, fue impulsada por la demanda de los protestantes, que reclamaban por el derecho a casarse. Varias parejas de no católicos se presentaron en la justicia, como ahora hacen los homosexuales. Cuando el país aprobó la ley de creación del Registro Civil, y después el matrimonio civil, en 1888, hubo graves enfrentamientos entre el gobierno argentino y la Iglesia católica, que incluyeron la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Vaticano. En el Senado, uno de los opositores al matrimonio civil dijo que, a partir de su aprobación, perdida la “santidad”del matrimonio, la familia dejaría de existir. La ley fue llamada “obra maestra de la sabiduría satánica” por monseñor Mamerto Esquiú, quien dijo sobre los gobernantes argentinos de la época que “se amamantan de los pechos de la gran prostituta, la Revolución Francesa”. Todas las predicciones apocalípticas que fueron hechas contra la ley de matrimonio civil, sin embargo, no se cumplieron.“Anunciaron, garantizaron que el mundo se iba a acabar… pero el mundo no se acabó”.
Pasó más de un siglo, pero las discusiones son las mismas. Los argumentos son los mismos. El papa Benedicto XVI continúa sin entender. No entiende, tampoco, que el matrimonio civil y el matrimonio religioso son dos instituciones diferentes. El matrimonio civil está reglamentado por el Código Civil, que puede ser modificado por el Congreso, mientras que el matrimonio religioso depende de las leyes de cada iglesia: por ejemplo, el matrimonio católico es diferente del judío. El matrimonio religioso se hace en la iglesia, templo, mezquita o terreiro; el civil, en el Registro Civil. Para celebrar el matrimonio religioso en la Iglesia católica, los novios deben ser bautizados o hacer un juramento que substituye el bautismo, y deben realizar un curso previo en la iglesia, lo cual no es necesario para el matrimonio civil, que puede ser celebrado por personas de cualquier religión o por ateos.
El matrimonio religioso, en la mayoría de las iglesias cristianas, es indisoluble; mientras que el civil admite el divorcio. En consecuencia, una persona se puede casar en la iglesia apenas una vez en la vida, pero puede casarse cuantas veces quiera en el Registro Civil, siempre que esté divorciada. El matrimonio religioso, para que produzca efectos jurídicos [N. del T.: en Brasil, pero no en Argentina, donde la ley sólo reconoce el civil], debe ser registrado en el Registro Civil, mientras que los efectos jurídicos del matrimonio civil son inmediatos.
Lo que los homosexuales reclamamos es el derecho al matrimonio civil. El proyecto de enmienda constitucional que estoy impulsando en el Congreso no se mete con el matrimonio religioso, cuyos efectos jurídicos son reconocidos por el artículo 226 § 2 de la Constitución brasileña, que será mantenido tal como está. Mi proyecto legaliza el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, pero no dice nada sobre el matrimonio religioso. De la misma manera que el Estado no debe interferir en la libertad religiosa, las religiones no deben interferir en el derecho civil. Este último es una institución laica, que debe atender por igual las necesidades de aquellos y aquellas que creen en Dios —en cualquier dios o en varios dioses— y también de aquellos y aquellas que no creen.
Llegará el día en que un niño irá a la biblioteca de la escuela para buscar, en los libros de historia, alguna explicación sobre un hecho sorprendente que el profesor comentó en clase: “Hasta principios del siglo XXI, el matrimonio entre dos hombres o dos mujeres no estaba permitido”. Para nuestro pequeño ciudadano, esa antigua prohibición resultará tan absurda como hoy nos resulta la prohibición del matrimonio entre negros y blancos, o del voto femenino. Y si descubre, en la biblioteca, que hubo un día en que un papa dijo que el matrimonio gay amenazaba a la humanidad, probablemente sentirá la misma repulsión que nosotros sentimos al leer la desgraciada frase de von Treitschke.
Benedicto XVI debería pensar si quiere pasar a la historia de esa manera. Aún está a tiempo. Ojalá que algún día sea capaz de entender y aceptar el amor —cualquier manera de amor y de amar— y hacer aquello que Jesucristo predicaba: “Amarás al prójimo como a ti mismo”.
Jean Wyllys

martes, 3 de enero de 2012

FELIZ AÑO Y VACACIONES

Estimados amigos... Por unos días estaremos descansando. A mediados de enero volveremos con fuerza.
Un abrazo a todos!

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